Despedidas...

Nunca me han gustado las despedidas; ni siquiera cuando era pequeña.

Siempre se me pone un nudo en el estómago y me entran ganas de llorar. Debería de estar acostumbrada, eso es lo que me dice mi cabeza... pero no. No lo estoy. No estoy acostumbrada a decir: Adiós, vuelve pronto.

snif, snif.

Aunque las despedidas de ahora ya no son como las de antes. Hubo una vez en que la despedida fue tan traumática (debido a que pensabamos que no nos veriamos más.. por diversas circunstacias) que me pasé todo el camino de vuelta (400 km.) llorando a moco tendido, jejeje. Ahora lo piensas... y hasta te resulta cómico.

De todas formas, todo se debe a q soy una sentimental. Siempre lloro por nada. Si me chillan un poco se me mojan los ojos ya, pero bueno... es lo que hay.

Y... mñn San Valentín... pufff